Camila Godoy
Antuanette Garzón
Funcionamiento lingüístico
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Variación
lingüística
Con el fin de abordar el complejo asunto de la
variación lingüística es fundamental reconocer ciertos aspectos propios del
lenguaje. Para empezar, entender la naturaleza variable y diversa del
lenguaje, es imprescindible. Es así como varios estudios de lingüística han
logrado abordar la diversidad interna de la lengua por medio de las distintas
variaciones que tienen lugar en los niveles estructurales: fonológicos,
morfológicos y sintácticos. No obstante, el reconocimiento del funcionamiento
de la variación lingüística no es algo ajeno a los hablantes comunes de una
lengua. Todo aquel que haga uso de una lengua, como medio de comunicación, ha
vivido las alteraciones que esta presenta, pues dicho fenómeno ocurre en las
conversaciones cotidianas de los hablantes. Por otra parte, la lengua, si bien
variante, está conformada por un complejo de códigos estructurados. El español,
alemán, japonés, inglés, o lengua de señas, entre otras, presentan una
estructura bajo la cual sus hablantes rigen los postulados conversatorios. Por
lo tanto, es correcto afirmar que las estructuras o códigos estructurados son
una característica propia de la lengua las cuales, en conjunto con la
variación, caracterizan y conforman el lenguaje humano. Finalmente, este
fenómeno de variación lingüística corresponde a procesos sociolingüísticos
naturales que inevitablemente se dan cuando una lengua es usada en diversos contextos.
Ahora bien, continuando con el entendimiento y
descripción del lenguaje humano es preciso comprender que la lengua, al ser
cambiante, no es totalmente sincrónica. Es decir, la lengua puede tener
distintos enfoques para ser analizada y estos pueden ser sincrónico o
diacrónico. Con el fin de comprender estos fenómenos con mayor precisión es
necesario hablar de la variación lingüística y el cambio lingüístico. Cuando se
estudia o se habla de la variación lingüística se entiende que la lengua se
analiza en un momento determinado, esto es, de manera sincrónica. Por el
contrario, el cambio lingüístico logra estudiar la lengua por medio de un
proceso diacrónico por el cual se comprenden los cambios en la lengua a lo
largo del tiempo. Ahora bien, existe un punto en el que la variación puede
convertirse un cambio lingüístico, esto es con la variación histórica, conocida
como los cambios que han ocurrido en una lengua a lo largo su historia. Como se
mencionó previamente, la diacronía es una característica fundamental del cambio
lingüístico.
Dicho cambio comienza por un proceso de innovación en el cual ciertas
palabras se ven sometidas a cambios semánticos, morfológico o fonológicos, es
decir que antes de que sean un cambio lingüístico esta clase de innovaciones
son reconocidas como variaciones, variaciones históricas. No obstante, en
el sistema de la lengua y cuando estas variaciones son radicales y se logran
establecer permanentemente en el sistema de la lengua, se dice que hay un
cambio lingüístico. Un claro ejemplo de dicho proceso se evidencia en la
palabra “hacer”. Anteriormente, la palabra “hacer” no se pronunciaba ni
escribía de la misma manera, en su lugar se hablaba con la palabra “facer”. En
este caso se evidencia la pérdida de un fonema “f” por el uso que se le
ha dado al español, por el contexto y las situaciones históricas que han
generado una innovación, es decir una variación histórica. Sin embargo, también
se pueden reconocer variaciones histórica semánticas. En este caso, la palabra
“lámpara” ha presentados cambios significativos a la hora de otorgarle un uso.
Previamente, y actualmente, el sustantivo lámpara es entendido como un objeto
que cumple la función de iluminar un espacio. Hoy en día dicho sustantivo ha
pasado de categoría gramatical, es un adjetivo que se encarga de otorgarle
ciertas características a una persona. Lámpara es aquello que se dice de
alguien de manera despectiva. Ahora bien, la propiedad de los cambios
lingüísticos consiste en que estos cambios son radicales y por ende pueden
convertirse en un sistema de lengua completamente nuevo, por ende estas
variaciones histórica son propensas a convertirse en un cambio lingüísticos.
Estos cambios lingüísticos están bastante presentes en un contexto en el cual
dos lenguas están en contacto y además no se ha desarrollado un bilingüismo.
Por ejemplo, el pidgin o el creole comparten esta característica de haber
atravesado un proceso diacrónico de cambio lingüístico. Un claro ejemplo del
pidgin es el spanglish, en el cual simplemente hubo cambios con elementos de
dos lenguas. Esto también ocurrió con el creole de San Andrés y providencia en
el cual el español y el inglés compartieron elementos y no se desarrolló un
bilingüismo sino que hubo cambios lingüísticos que se establecieron en el sistema
de la lengua.
A continuación, es fundamental reconocer los
diferentes tipos de variaciones que una lengua puede llegar a presentar. Cada
tipo de variación corresponderá a ciertos elementos que hacen de ella una
variación en particular. Por un lado, puede ser que dependa de la zona
geográfica, corresponder el canal de comunicación que se usa, a las
diferencias culturales, sociales o económicas, o a las diferencias
individuales, entre otras. La primera variación a la que se debe hacer
referencia es el idiolecto. Se caracteriza por resaltar las diferencias
individuales a la hora de utilizar una lengua. Es decir, cada persona está
dotada de una identidad social que se ha ido construyendo a partir de lo que ha
vivido o las experiencias que ha tenido. En adición, puede que el idiolecto
ocurra en situaciones en las cuales la lengua está en proceso de adquisición,
es decir en bebés quienes crean una gran variedad de palabras nuevas. Estos son
capaces de generar un nuevo significado lingüístico de la lengua que están
aprendiendo como medio de exploración. Otro ejemplo en el cual un idiolecto se
desarrolla es en la producción de la lengua en personajes de un programa de
televisión. En muchas ocasiones se recurre a un propio idiolecto de un
personaje con el que posteriormente será identificado. En este caso el ejemplo
del programa de televisión “Bob esponja” es un caso ejemplar. En muchos casos
se recurre al idiolecto del personaje cuando en vez de decir “hamburguesa” dice
“Cangreburger”. Es por esto que esta clase de variación lingüística se
rige bajo las diferencias individuales del uso de la lengua.
Entre otro tipo de variaciones que presenta una lengua encontramos la
variación diatópica, que nos indica el lugar de procedencia de la variación y
es donde se da una creación de dialectos en términos geográficos. Para entrar
en detalles podemos definir este fenómeno de variación como aquel que se da en
virtud de su extensión geográfica. En el caso de Colombia puede evidenciarse
por regiones y los ejemplos son numerosos: en la costa y en la región andina de
nuestro país se usa el mismo código (el español), pero se acude a diferentes
términos para referirse a una sola cosa. estas diferencias también se dan en
otras zonas del país. Por ejemplo existe una diferencia de términos que se usan
a la hora de referirse a la merienda. En Bogotá se le dice “onces”, mientras
que en el Quindio se le denomina “el algo”. También existen variaciones
diatópicas entre países que comparten el español como lengua materna. En cuanto
a una bebida, en españa se le dice zumo y en argentina jugo. La variación se da
cuando se usa el mismo código y hay una comprensión entre hablantes, pero se
acude a diferentes palabras para denominar las cosas.
En adición a esta, está la variación diastrática, que
se desarrolla en el aspecto sociocultural y depende de la clase social,
educación, profesión, edad, o procedencia étnica. Se refiere a la variación que
puede darse como jerga o argot en determinado grupo social. Un ejemplo de ello
podría ser el parlache, que se da en las clases bajas de Medellín y se reconoce
como variación del mismo código: español. En cuanto a la edad la variación es
más fácil de identificar, entre los ejemplos sabemos del uso de “lámpara” ha
cambiado y su uso varía de acuerdo al contexto en el que lo usemos. Otro
ejemplo es la jerga de las profesiones, entre las que está el uso del lenguaje
en términos científicos o legales, donde se da un uso determinado de palabras
que hacen que exista una variación.
Otra variación que existe se conoce como variación diafásica,
que se refiere al fenómeno de habla debido a diferentes registros.
Entiéndase por registros como la situación de uso de la lengua. En este caso
nos referimos a una variación que ocurre de acuerdo al contexto comunicativo,
estos pueden ser por el canal: sea este oral o escrito, la atmósfera, así sea
formal, coloquial o informal o según su dominio si es abierto o cerrado. Para
explicar estos casos sabemos que cuando hablamos de canal nos referimos al uso
de la lengua en su forma oral o escrita. La variación aquí se da cuando
accedemos a una formalidad en la escritura y la mantenemos en distancia de la
oralidad, que casi siempre es más informal y espontánea. La atmósfera, aunque
parecida a la distinción del canal, se refiere al uso que le damos en término
general a la lengua en cuanto a formalidad o informalidad: la lengua varía
cuando la usamos de manera formal pues acudimos a un uso del lenguaje más
sofisticado y elevado. Dicho esto podemos ejemplificar en términos de jerarquía:
la formalidad o informalidad varía de acuerdo al oyente con quien se hable. Un
estudiante que habla con sus compañeros recurriría a un uso informal de la
lengua, hablando con sus superiores académicos usaría un tono formal y acudiría
a la formalidad de la lengua, y hablando en una explicación a sus amigos de un
tema acudiría a usar un lenguaje coloquial para hacerse entender. Por ejemplo,
al comunicarse con amigos formularía la siguiente expresión: No hermano, ayer
llegué mamado a la casa y yo que me iba a poner a hacer trabajos.. Hablando con
un superior: Lamentablemente, el dia de ayer no pude realizar ninguno de los
trabajos pendientes puesto que me encontraba indispuesto. Por otro lado,
encontramos la variación según dominio que nos indica si el uso de la lengua es
abierto o cerrado y se refiere al primero como uso familiar de la lengua y al
segundo como uso especializado de la misma. El primero hace referencia al uso
cotidiano de la lengua y el segundo a un uso específico como el que se usa
científicamente, periodísticamente o en términos jurídicos.
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