Caso Gibraltar
No
• 1)
parte de la población tiene el idioma A como lengua materna.
• 2)
B posee una considerable herencia literaria (aunque no sea autóctona).
• 3)
Ambas lenguas disponen de un léxico completo, que incluye cultismos y
tecnicismos. La «estandarización» de B no es posible porque ya está hecha.
• 4)
No se puede afirmar que haya un sistema único, compartido por las dos lenguas.
• 5)
No se puede decir que las reglas gramaticales de la «variedad baja», sean más
sencillas o elementales que las de la variedad alta; parece más bien, que en
determinados sectores, la manifestación formal del género y el número en el
sintagma nominal o la organización del sistema verbal, es considerablemente más
complejo que la lengua A.
Si
•
1) las lenguas en contacto tienen repartidos sus
dominios sociales de aplicación
dentro de la comunidad
de habla de Gibraltar: el inglés se emplea en la
escuela, en los medios
de comunicación, en las actividades profesionales (aunque
no solamente) y en las
esferas militar, religiosa (no de manera única) y administrativa;
por el contrario, el
español aparece sobre todo en el ámbito familiar
y en las relaciones de
amistad.
•
2) el inglés, la lengua A es la lengua
prestigiosa.
El autor hace una distinción de la
diglosia diglosia funcional, y diglosia de adscripción. La primera, según la clásica
definición de Ferguson es un reparto de funciones entre (A) y (B), de forma que cada una es usada
sólo en ciertos ámbitos o dominios: A, en situaciones formales y distantes,
y B, en contextos informales. Para
establecer aquel concepto Ferguson empleó: «la distancia entre las variedades y
la jerarquía en que ambas se presentan debido a sus distintas funciones
sociales». Y la segunda de acuerdo a
Rojo,G. «ciertos estratos de la comunidad emplean fundamentalmente un sistema
lingüístico y otros estratos utilizan un sistema distinto».
Se considera apropiado hablar en el caso
de Gibraltar sobre diglosia de adscripción: diferenciación lingüística entre
grupos sociales.
• Escuela
catalana de sociolingüística: replanteó el concepto de diglosia. conflicto
lingüístico «cuando dos lenguas claramente diferenciadas se enfrentan, una
como políticamente dominante (empleo oficial, empleo público) y la otra como
políticamente dominada»
Concepto
bilingüismo teniendo en cuenta el caso de Gibraltar:
1. Bilingüismo estable,
responde a la diferenciación lingüística entre dos
grupos que comparten un
mismo terreno, y donde el grupo bilingüe se ve obligado
a distinguir el uso de
una lengua y otra según los dominios sociolingüísticos.
2. Bilingüismo
dinámico, donde la situación social y diferenciación entre roles y
uso de las distintas
lenguas están dirigidos hacia una asimilación lingüística.
3. Bilingüismo transicional, en el cual dos
idiomas asumen las mismas funciones, lo
que se presta al uso
exclusivo de una de las lenguas para cumplir las distintas
funciones
comunicativas.
4. Bilingüismo
vestigial, en el que refleja una asimilación lingüística casi total y donde el
bilingüismo cumple una función simbólico que se asocia con una minoría pequeña
a punto de extinción.
Factores
en la configuración lingüística de Gibraltar: los movimientos de población y Las
relaciones políticas con el Reino Unido y España.
Los primeros, después de un siglo XVIII en
el que la aportación española al conjunto de la población gibraltareña es
bastante reducida. Sólo en el XIX, a raíz de una serie de epidemias ocurridas
entre 1804 y 1813 aumenta el contingente español. Las fechas coinciden también
con la alianza anglo-española contra Napoleón. Pero lo más importante es que la
frontera, como dice Kramer, está abierta normalmente durante todo el siglo XIX,
excepto en las épocas de guerra entre España e Inglaterra, y son muchas las
mujeres, sirvientas y limpiadoras, que realizan sus labores en Gibraltar, lo
cual, irremediablemente, tiene consecuencias en una fortaleza que presenta el
desequilibrio numérico entre los sexos propio de tales lugares.
Bowman realiza su visita de inspección a
los establecimientos educativos de Gibraltar en 1930, señala con toda claridad
que una lengua literaria como el español no puede ser tratada como una lengua
sin tradición escrita al estilo de las africanas y recomienda que todos los
alumnos sean instruidos en el español literario, vale decir, culto.
El método de «inmersión lingüística»
se da ya desde 1945. la situación no hace sino empeorar para el español, en
cuanto a las actitudes que suscita. La llegada de turistas británicos en cantidades
crecientes desde los años 50, el cierre de la frontera y la reacción de la
sociedad española ante la guerra de las Malvinas provocaron no sólo «la
anglificación del llanito y [el] afianzamiento del inglés en dominios más
amplios» sino, sobre todo, que el español fuera el idioma de un país cuyos modo
de vida y sistema de gobierno eran vistos de manera absolutamente hostil.
46,8% de los alumnos de educación primaria
dominaba mejor el español que el inglés en
1983 y la mayoría de los maestros conceden gran importancia a la función del español en el proceso
educativo, sólo un tercio de la población gibraltareña tiene el inglés
como lengua materna. Las clases bajas tienen un fuerte sentido de la identidad
gibraltareña, hablan preferentemente español o mezclan las dos lenguas, pero no
usan sólo el inglés con demasiada frecuencia.
Moyer: la utilización del cambio de código
según diversos modelos, algunos de los cuales suponen incluso el que la oración
no se considere como unidad lingüística monolingüe; significativamente, los estratos
sociales que muestran con mayor claridad el fenómeno son las clases alta y
media, el uso sistemático del cambio de código tiene una importancia
fundamental. El uso del inglés sólo es obligatorio en las relaciones con la
administración o para alcanzar prestigio social. Además, el grupo de población
que sólo se expresa en inglés no siente ninguna necesidad de aprender el
español, porque no le es necesario. El gibraltareño no alberga sentimientos de
lealtad lingüística hacia el español. Tal fenómeno viene dado por un sector muy
específico de la población, el que tiene el poder político y
administrativo (alcanzar prestigio
social) la lengua B es la de un Estado con el que las relaciones no han sido
siempre todo lo buenas que hubiera sido deseable.
- Las conversaciones empiezan en inglés y pasan al español cuando aumenta el interés de los interlocutores en ellas, sin que ello signifique relación personal más estrecha entre los interlocutores, sino un grado mayor de emoción o de uso técnico, pues el español no está marcado, según Kramer, como propio de clase social inferior. Es el inglés el que, por el contrario, sí está marcado como signo de clase social alta o, quizá, dominante el cambio de código no resulta posible en este momento por la existencia del grupo que sólo habla inglés y no tiene ninguna necesidad de hacerlo en español; el cambio de código es un guiño hacia el inglés, sin comprometerse a fondo con lo anglosajón.
Este caso es una diglosia permitida por
quienes la practican y, teóricamente, la sufren. Esos hablantes son los que,
aun dominando imperfectamente el inglés, quieren que siga presente en su
sociedad por razones políticas, económicas y culturales, y, en este sentido,
los hechos que hemos visto en las clases inferiores son un indicio
especialmente útil. No hay, por consiguiente, conflicto lingüístico. Sus
presuntas víctimas son las que lo permiten y lo favorecen. En esa medida, no
hay verdadera diglosia. Se trata de una «pseudo-diglosia» que se constituye,
acaso, en garante de la situación de bilingüismo. No hay verdadera intención de suprimir una
de las dos lenguas; nos encontramos ante un bilingüismo que participa de
propiedades tanto del tipo estable como del dinámico en la clasificación de
Lewis. Esto es, un instrumento lingüístico nuevo, al margen de las lenguas que,
en principio, son las protagonistas del contacto. Ello no sólo les daría una
personalidad lingüística diferenciada.
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